
En los medios españoles se ha consolidado la imagen de que los independentistas levantan muros “contra” los españoles. Se ha difundido tanto que hoy forma parte del subconsciente colectivo de la sociedad española.
Dos matices importantes. 1: ¿Quién genera esos muros realmente? Ahí está la historia. Pongamos los hechos en orden cronológico y analicemos contenidos. 2: ¿Es “contra” los españoles o para “defender” la propia identidad, valores democráticos, de justicia social, de libertad, de bienestar merecido? ¿Lo abordamos…?
1. ¿Quién construye muros…?
El muro mental existe desde hace siglos. Y se ha construido con gran violencia. Hoy se refleja en un fenómeno social llamado “catalanofobia”. Algunos datos: Felipe IV (sobre 1650): “Hay que impone a Catalunya los usos y costumbres castellanos”. Felipe V al ganar la guerra de “sucesión”: Tratado de Nueva Planta. Anuló todos los derechos históricos, cerró Universidades, despidió a todos los funcionarios catalanes y los sustituyó por castellanos. Prohibió el catalán. En el fondo era un crónico objetivo de “castellanizar”, asumir plenamente Catalunya “bajo” Castilla. España no existía todavía. Demos un salto en la historia y vamos al siglo XX, XXI. Repasemos las hemerotecas españolas. Sobran hechos y literatura para comprobar la construcción de una muralla que intentaba “encerrar” a Catalunya. El “caso” catalán siempre ha sido, es, un problema para Castilla, para España. Ésta tiene una dificultad atávica para asimilar las diferencias que se alejen de su cultura, que no se sometan a su poder y puedan dominar plenamente.
Algunas citas:
“Son los catalanes un aborto monstruoso de la política” (Quevedo, 1640)
“Para controlar a los catalanes hay que bombardear Barcelona cada 50 años”. Lo dijo Espartero. Azaña, el tenido por demócrata y admirado, lo corroboró. También lo hizo Fraga.
“Den cuatro chucherías a los catalanes para que no se vayan”. (J. Segura, del PSOE)
“Todos los catalanes son una mierda”, “Cataluña ha de ser destruida, aniquilada”. (Galinsoga)
“El sentimiento catalán es una enfermedad”. Silvela.
“Hay que llenar Cataluña de gente de habla castellana para asegurar el mantenimiento del sentimiento español”. Calvo Sotelo (UCD, 1983):
“Fraga me dijo: mire usted Cataluña es una tierra conquistada”. Jorge Verstrynge:
“Queremos españolizar a los alumnos catalanes”. Wert/Rajoy.
Podrían encostrarse muchas más frases de este tipo, pero no cabrían en este escrito. Reflejan la actitud de los dirigentes y alimentan la “programación” mental de la sociedad española. Curiosamente, es muy difícil encontrar declaraciones de este tipo en Catalunya “en contra” de España.
¿Es un muro mental pequeño? Hay mucho más a añadir. Ejemplo: la recogida de firmas contra Cataluña que hizo el PP para anular un Estatuto “constitucionalmente elaborado, aprobado por dos parlamentos, refrendado por la gente de Catalunya y firmado por el rey”. No hay antecedentes de un hecho así en ningún estado democrático. Pero, peor aún: El propio Tribunal Constitucional no era “constitucional”. Había sido manipulado por el PP. Así está publicado. Y, algo peor: la Constitución obliga a que el Estatuto que se aplique a Catalunya ha de estar refrendado por su gente. El texto que sobrevivió no ha sido sometido a referéndum por lo que Catalunya, hoy, está “fuera” de la Constitución. Mientras eso hacía el PP, el PSOE, “todos” los demás partidos y medios españoles estaban en silencio. No querían perder votos en España. Esa sentencia del Constitucional significó un “punto sin retorno”. Hoy una creciente parte de la sociedad catalana se dirige a un Estado propio. Ese empeño español de perseguir la victoria total y la humillación de todo un pueblo se ha vuelto en contra del Estado español. Lo avisó el expresidente Montilla a Zapatero: “crecía la desafección”. Nadie le hizo caso. ¿Reacción? Una de las mayores manifestaciones pacíficas en Europa: más de 1.500.000 personas. Un parlamento de mayoría absoluta independentista. Se puede añadir la campaña para boicotear a los productos catalanes. ¿Quién construye muros entre España y Catalunya…?
2. ¿Ataque… o defensa…?
Ante esa agresión que lleva siglos, ¿qué ha hecho la sociedad catalana que tiene dignidad…? ¡Defenderse!. Muchos pueden recordar la guerra de la Independencia. No fue una guerra “contra” los franceses. Fue para “defenderse” de su invasión. Esto puede ayudar a entender a Catalunya.
¿Qué defienden los catalanes…? Lo mismo que los españoles en esa guerra: su Identidad, cultura, lengua. Su libertad. Sus propiedades, estilo y nivel de vida. Pero ahora hay más a añadir porque se han incorporado conceptos que los catalanes, de mentalidad muy europea, viven con especial intensidad: una auténtica democracia, una justicia social avanzada, un trato digno. La dependencia de España impide todo eso. Y muchos hechos lo demuestran.
¿Qué defienden? Un nivel de vida que merecen por lo que generan. Sufren un expolio reconocido por medios internacionales: el 9% del PIB anual. Es más alto de Europa. Lo publicó La Vanguardia. Se puede calcular: el 9% de 240.000 millones de € anuales… El estado no ejecuta las inversiones reiteradamente prometidas en infraestructuras que son vitales ¡incluso para España! Ejemplo: eje mediterráneo, conexión de los puertos de Barcelona y Tarragona con su complejo petroquímico que es el más importante del sur europeo. N.II con un solo carril por dirección, pasando por rotondas, semáforos, pueblos. Es el único caso en la red española. Etc.
¿Qué defienden? Un trato “digno” que no se les dispensa. Algunos ejemplos. Javier Fernández, dirigente socialista: “Hay que evitar que triunfe el proceso catalán porque peligran las pensiones de los asturianos”. O del presidente de Extremadura: “Si Catalunya se separa las comunidades autónomas españolas pierden 16.000 millones de € anuales”. Todas las autonomías cargan sobre la sociedad catalana su déficit fiscal, sus fracasos como gestores, su necesidad de vivir subvencionadas. ¿Es justo exigir una solidaridad, así la llaman, que arruina a quienes generan riqueza y, encima, se la recrimine y se denuncie una deuda que no es tal?
¿Qué defienden…? Son quienes generan más riqueza productiva, tienen más empresas, generan trabajo, atraen a multinacionales punteras. Son el 25% de todas las exportaciones españolas. ¿Sucede eso en las autonomías que sólo se preocupan de que les llegue la subvención…? Es lo que muchos, políticos y españoles, entienden por “federalismo”, “equidad”. Cuando un presidente catalán fue a pedir un sistema como el de Euskadi, el socialismo catalán dijo: “defenderemos con uñas y dientes que Catalunya no tenga un sistema como el vasco”. ¿Cómo calificar eso? ¿Qué partido se opone a que sus militantes y votantes estén tan castigados…? Los catalanes defienden gestionar los propios recursos. Catalunya es el “motor” del Estado. “Son los mejores. Catalunya nos sacara de la crisis” dijo Montoro. Pero está asfixiada. Todos lo reconocen. Hace 6 años que debía haberse revisado el sistema de financiación autonómico. No se ha hecho. No interesa porque así los catalanes siguen pagando.
¿Qué defienden? Justicia social avanzada. Todas las leyes del parlamento catalán a favor de los necesitados son anuladas por el Constitucional. Ahí están las hemerotecas que lo recogen. Crecen los índices de pobreza, pero eso no preocupa a la sociedad española.
¿Quién construye muros…? ¿Quién quiere librarse de ellos…?
Los polacos (apodo despectivo aplicado a “todos” los catalanes tienen muchos motivos para creer que existen enormes y crecientes barreras que están “en las mentes de políticos, medios, ciudadanos españoles”. Por eso desean un referéndum que decida, libremente, si quieren seguir “dentro o fuera” de ese muro español. Va en ello la propia libertad, sentido de la democracia, la dignidad, la felicidad. Son valores tan preciados que se incluye, incluso, en la Constitución de EEUU.
No es la sociedad catalana que ha “reaccionado” quien construye muros. Lo asombroso de este muro llamado “catalanofobia” es que durante mucho tiempo se ha levantado por ignorancia social pero también por ambición de poder de los dirigentes españoles. Por miedo al que es diferente, al que habla otro idioma. Por un deseo incomprensible de humillar a los catalanes que reaccionan. Lo reconocía un importante directivo español: “Los catalanes son admirables por su capacidad de trabajo. Son nuestros, pero no de los nuestros”. Eso se llama “colonización”. Porque se ha levantado el muro para que la sociedad española viva mejor… a costa de la catalana, de “todos” los que viven, trabajan, generan riqueza en Catalunya. Y grandes partidos y sindicatos españoles callan.
Estos son hechos objetivos. Muchos indicadores, hechos, declaraciones, publicaciones, la propia historia, lo demuestra. La transición demostró que los catalanes querían colaborar, participar, en un proyecto común. Se les engañó. Ahora están explotados, fuera de la Constitución. ¿Qué son ahora…? Siguen bajo un tácito 155.
Los muros entre España y Catalunya no lo levantan los catalanes. Quienes tienen “dignidad democrática” ¿qué han de hacer…?
Paco Martínez- Grupo de trabajo Sectorial de Jubilats ANC – Miembro de Súmate