El CNI admite que espió a los independentistas catalanes con autorización judicial.
¿En qué lugar quedan los dirigentes políticos que lo han negado? La ministra de Defensa dice que “no sabe nada de espionaje”. ¿Miente o no se entera de lo que sucede en su ministerio? ¡Es gravísimo! Y lo mismo el presidente del Gobierno.
El escándalo se amplía por el silencio “cómplice” de los Estamentos, dirigentes políticos de los partidos que callan o, directamente, apoyan el espionaje a “demócratas” que han “reaccionado” ante un Estado expoliador, colonizador, maltratador, explotador, antidemocrático, menospreciador de los votantes en Catalunya.
Los independentistas “reaccionan” ante esos abusos y quieren conseguir para “todos” quienes viven en Catalunya los beneficios de la independencia. Los llamados unionistas (¡a la fuerza!) apoyan seguir con todos los demostrados perjuicios de la dependencia.
El espionaje no ha sido un ataque a los derechos constitucionales. ¿Quién respeta en España la Constitución empezando por la monarquía? Es un atentado claro a la verdadera democracia, a los muchos miles de votantes independentistas cuyo delito es ser… “demócratas”. Tener autorización judicial anti independentista se ha comprobado que es muy fácil en España. Lo legal, ¿es lo democrático, lo justo? ¿En qué Estados sucede eso?
The Economist ha degradado a España a “democracia defectuosa”, entre otros motivos, por la gestión antidemocrática ante el independentismo. Calificó “antes” de saberse el espionaje. ¿Cómo calificaría ahora a España?
Aún es más curiosa la actitud, condescendencia, complicidad, de los dirigentes políticos de los partidos dependentistas en Catalunya, grandes patronales y sindicatos; de sus votantes, afiliados. . ¿Cómo calificar a la sociedad catalana que quiere ser súbdita, dependiente, de un Estado como el español? ¿Qué deben hacer los votantes en Catalunya que sean verdaderos demócratas y tengan dignidad?